«Yo vivía en un barrio de Madrid, con campanas, con relojes, con árboles. Mi casa era llamada la casa de las flores, porque por todas partes estallaban geranios: era una bella casa con perros y chiquillos». En su poema ‘Explico algunas cosas’ el escritor chileno Pablo Neruda contaba cómo era el edificio en el que residía en Madrid, concretamente en Argüelles, un barrio en el que todavía hoy sigue estallando la vida. 

Ubicado al sur del campus de Ciudad Universitaria de la Universidad Complutense de Madrid, Argüelles mantiene una cadencia vibrante, al son que marcan los miles de estudiantes que, entre clase y clase, disfrutan de sus calles, sus terrazas, sus parques y algún que otro tesoro arquitectónico y cultural más o menos escondido.  

Entre sus joyas, encontramos: 

Museo Cerralbo: está considerado como uno de los museos más relevantes de la capital, aunque siga siendo un gran desconocido. Ubicado en la calle Ventura Rodríguez, junto a la Plaza de España, se sitúa en lo que un día fue la casa-palacio del XVII Marqués de Cerralbo. Visitarlo es como emprender un viaje en el tiempo hasta perderse por el modelo de vida de una familia de la alta aristocracia de finales del siglo XIX. En él se encuentran más de 50.000 piezas pictóricas, escultóricas, cerámicas, orfebres, arqueológicas, etc. El propio espacio es una obra de arte se estilo clasicista, ornamentado con elementos neobarrocos y rococós.   

Templo Debod: también cerca de la Plaza de España, en el Parque del Cuartel de la Montaña, se encuentra este templo egipcio del siglo II a. C. El gobierno egipcio de lo donó a España en el año 1968 durante la construcción de la presa de Asuán para impedir que se inundara. Además del valor histórico y cultural, desde aquí se puede disfrutar de una de las puestas de sol más hermosas de Madrid. Por eso es habitual encontrar a su alrededor cientos de personas al caer el sol. Es casi mágica. 

Parque del Oeste: es uno de los espacios verdes más valiosos de Madrid. Tiene una superficie de alrededor de 100 hectáreas, entre la carretera de A Coruña, la Ciudad Universitaria y la zona de Moncloa. Fue un proyecto del alcalde Alberto Aguilera a principios del siglo XX y se reconstruyó después de la Guerra Civil. En el parque se encuentran emplazamientos tan dispares como el Teleférico, la Escuela de Cerámica, el precioso riachuelo artificial que puede recorrerse a través de un sendero e, incluso, todavía se pueden apreciar tres de los 20 búnkeres para ametralladoras que se En la zona encuadrada entre la Avenida de Séneca y el paseo de Ruperto Chapí se pueden apreciar aún tres búnkeres para ametralladoras de los veinte que se fabricaron durante la Guerra Civil.

La Rosaleda: precisamente, en el sur del Parque del Oeste se halla la Rosaleda Ramón Ortiz. Se trata de un parque monumental y paisajista de 15.000 metros cuadrados, que evoca los jardines ingleses, gracias a sus importantes desniveles y senderos curvados de inspiración naturalista. Desde 1956 alberga cada año el Concurso Internacional de Rosas Nuevas de la Villa de Madrid. 

Casa Gallardo: en la calle Ferraz, cerca de la Plaza de España, se encuentra este edificio, una de las construcciones esenciales del último periodo del modernismo madrileño. Fue obra del arquitecto Federico Arias Rey que reformó un edificio anterior y declarada Bien de Interés Cultural en 1997. Es una edificación del art noveau elegante, en la que destaca una fachada curvada con elementos decorativos y una gran cúpula en la que los más atentos pueden encontrar una G, de Gallardo, que homenajea el linaje de Esperanza y Asunción Gallardo, sus primeras propietarias. 

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